Cambio de folio

Un llamativo envoltorio con un gran rosetón a tono mata de la alegría a cualquier cumpleañero teeneger.

Hoy, se aprecian más los llamados telefónicos de las amistades y familiares que se hacen un tiempo para saludar al festejado (a).

Con los años, sin duda que las prioridades cambian. Las ganas de atesorar la mayor cantidad de regalos en el época Bilz y Pap cambiaron por las ganas (no siempre, pero igual vale el intento) de cultivar buenas y sinceras relaciones con todos: con nuestra pareja, papás, hermanos, amigos y compañeros

Hoy festejo mi cumpleaños de la mejor forma: asumiendo mis 30 años rodeada del afecto de aquellos que siempre han estado, con los que aparecieron en el camino y con los que sin duda, seguirán en órbita por mucho tiempo...

¿Puede existir algo mejor?