3.11.06

Un viernes...

Un viernes como hoy pero hace 2 años buscaba con ansias en qué entretener mis neuronas en términos intelectuales y de adquisición de nuevos contenidos; barajaba las mejores opciones en términos de malla y, sobre todo, en función de la casa de estudios y el costo de volver a estudiar en la universidad.

Hace un año pensaba, al tiempo que asistía full a clases de un magíster en comunicación estratégica (en una institución que prefiero no nombrar y que de seguro dará para escribir más adelante) qué tema escogería para desarrollar mi tesis de postgrado en función de mis gustos personales y/o tincadas de la contingencia del minuto.

Hoy, en pleno proceso de redacción de mi tesina, escribo sobre Michelle Bachelet desde la perspectiva de lo que fue su campaña política en términos comunicacionales.

Ahora miro hacia atrás y no puedo dejar de pensar que cuándo se empinaba en las encuestas de opinión y se erigía como la más probable ganadora, era sencillamente un sol refulgente que irradiaba energía y borbotones de simpatía; independiente de su camiseta política. Vieja chora, típicamente chilensis. Hoy, si bien el sol no ha desaparecido, el brillo que emana no es el mismo que hace 7 meses.

Me da la impresión que la invitación cursada por Bachelet a nosotros, chilenos todos, para constituir un gobierno ciudadano inclusivo y participativo, generó en la masa la necesidad de expresarse en las buenas y en las malas... Los últimos meses indican que la balanza se inclina claramente hacia el lado dark con un claro atisbo de necesidad de restitución o mejora de derechos: mejor salud, mejores viviendas, mejores sueldos, mejor educación...

Si bien era factible predecir la victoria de MB en enero pasado, tal vez, todos quedamos cortos al prever la gran cantidad de problemas que Bachelet ha tenido que afrontar, ya sea por resabios del gobierno pasado o por la contingencia tanto interna como externa que como país hemos vivido. A Bachelet parece que le hubiera pasado un camión cargado de protestas por encima.

Reconozcámoslo: Los problemas heredados de los pasados gobiernos concertacionistas le han pasado la cuenta a MB, así como también el afrontar los costos de instaurar, contra viento y marea, un gobierno paritario "con los y las mejores" en donde ha quedado claro que las mujeres, no han tenido un desempeño particularmente bueno sólo por el hecho de ser tales. Que me perdonen las feministas a ultranza, pero ya comienzo a cuestionarme la efectividad real de la aprobación y posterior instauración de una ley de cuotas en nuestra sociedad.

Pero, también es cierto que por otro lado, los problemas que ha debido enfrentar MB no reflejan necesariamente elementos de presión externa, como el caso de las protestas por parte de los más variados sectores de la población. Los peores dolores de cabeza, al parecer, provienen del propio gobierno: Con Lagos fue el MOP-Gate y con Bachelet, hasta ahora, Chiledeportes.

Para algunos se está cumpliendo la profecía de la derecha que predicaba a los cuatro vientos que MB no iba a dar el ancho, para otros sólo se trata de mala suerte (ojalá que no crónica).

La verdadera incógnita que debería despejarse es cómo terminará el gobierno y con qué nivel de aprobación acabará. Cuatro años pasan volando; esperemos entonces, que a los camiones cargados con protestas, escándalos y cachos varios se les empiecen a pinchar los neumáticos.

No hay comentarios.: